En el ser humano hay ecos de voces lejanas, que os hablan. Muchas voces nos alteran, otras nos calman y otras nos cuentan historias de tierras lejanas. De hecho nunca estamos en completa soledad porque: las vidas humanas son ciudades con alma o son islas desiertas pérdidas en el Océano de la vida y en cada ser humano su ciudad es distinta.
Cada uno de nosotros pensamos y actuamos de distinto modo. Nuestra ciudad interior puede ser también una selva o un Universo inaccesible y siempre estamos lejos de todo y todos. Sólo nuestra intuición nos puede hacer capaces de escuchar los sentimientos de todas las ciudades.
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