Somos hijos del silencio y apenas tenemos voz para transmitir lo que sentimos y son precisamente los sonidos de la naturaleza los que nos dan la noción de: la no conexión con el mundo exterior...
Cuando eramos niños, nos enseñaron a callar y esa frase de: "niño cállate" perdura en muchos de nosotros...
Transmitir es mucho más que hablar es; abrir las puertas y ventanas de nuestro mundo personal...
De tanto guardar las emociones, la alegría y el optimismo ya no serán lo mismo...
Cuando eramos niños, nos enseñaron a callar y esa frase de: "niño cállate" perdura en muchos de nosotros...
Transmitir es mucho más que hablar es; abrir las puertas y ventanas de nuestro mundo personal...
De tanto guardar las emociones, la alegría y el optimismo ya no serán lo mismo...
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