El vacío es un lugar sin nombre y sin color, el vacío es insípido, es un abismo, repleto de mutismo...
Nuestros vacíos, habrían de llenarse de nombres de personas, deberíamos atrevernos a pintar de mil colores el cortante cristal del vacío y sazonar ese insípido lugar con la chispa del optimismo...
Hemos de aprender a dialogar sin convertirnos en oradores de leyes, sino más bien, aderezar las palabras con ese amor que, en algún lugar de nuestro corazón, está echándose a perder...
No hay comentarios:
Publicar un comentario