Amanecer a media luz...
El frío y el calor quieren darse un abrazo...
El inmenso páramo se ha cubierto de flores blancas, que es: la escarcha de cada amanecer...
La tibieza de la alcoba se arrima a la gran cristalera...
El calor desea besar al inmenso páramo helado, quiere infundirle la gratificación de su tibieza...
Al abrir el gran ventanal, el calor queda engullido por la rigidez del frío...
Sin embargo el frío ya ha sentido ese roce de profunda calidez...
El ser humano puede ser frío como un páramo helado...
Por eso hace falta ser llama acogedora e infundir calor a tantos y tantos páramos helados (hombres) que hay por el mundo...
El frío y el calor quieren darse un abrazo...
El inmenso páramo se ha cubierto de flores blancas, que es: la escarcha de cada amanecer...
La tibieza de la alcoba se arrima a la gran cristalera...
El calor desea besar al inmenso páramo helado, quiere infundirle la gratificación de su tibieza...
Al abrir el gran ventanal, el calor queda engullido por la rigidez del frío...
Sin embargo el frío ya ha sentido ese roce de profunda calidez...
El ser humano puede ser frío como un páramo helado...
Por eso hace falta ser llama acogedora e infundir calor a tantos y tantos páramos helados (hombres) que hay por el mundo...
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