Huellas y signos

Buscamos huellas, que se han borrado y signos que se han perdido y lo que más buscamos es: de nuestra vida el sentido...

Cuando...

Cuando todo era, no supimos ver. Cuando todo ha sido y hemos madurado en los días y los años...
En esa distancia, vemos la realidad de las lejanías incomprendidas...

Calcular distancias

Todos trazamos una ruta en el viaje de la vida y casi siempre fallamos en la cartografía de nuestra geografía. La ciencia exacta no nos sirve para encontrar el camino, que lleva a la plenitud de la vida...
En realidad no sabemos la  profundidad de nuestro mundo personal y si a nuestra geografía le añadimos el bagaje que llevamos, no podremos iniciar el viaje a la felicidad...
Lo mejor es: no calcular distancias, tomar conciencia de nuestras circunstancias y aunque la noche nos cubra, aprender a vivir en la oscuridad.

La felicidad perdida

La felicidad llego un día  a nuestra vida, quizás no la vimos y la dejamos pasar...
No hace falta desandar el camino ni volver la vista atrás, porque la misma vida puede llevarnos a lo que fuimos. Tal vez nuestros hijos nos puedan ayudar...
El hoy puede darnos la sensación de que nada ya será igual y quizás sea porque quizás haya cambiado nuestro corazón...
Los sueños que perdimos aun están ahí, no se han movido de lugar: fuimos nosotros los que hemos huido, equivocando el camino de la felicidad.

Cadenas

El hombre vive encadenado a las tensiones. Encadenado se duerme y encadenado despierta y el mismo se enreda en sus propias cadenas...

La mirada de la mente

Aunque a muchas circunstancias no les veamos el sentido, nuestra mente es una maquina tan eficiente como para resolver el sinsentido de muchas circunstancias...
La mente tiene una mirada, que se salta las reglas establecidas y personaliza nuestro pensamiento, a expensas de otros pensamientos y si muchas conclusiones no nos llegan es porque ; no usamos la idea .Todo consiste en permanecer en nuestro propio sistema, dónde poder cambiar las circunstancias, usando una visión nueva...
Nos saldrán al paso muros y abismos y el fracaso de no seguir en el propio pensamiento...

Cada día...

Cada día nuestro cuerpo se pone en movimiento. Cada día nuestra mente intenta ser eficiente...
Cada día se tendría que amar un poco más, porque amar cuesta muy poco, lo que cuesta es, no amar.