El cansancio nos llega al final del día...
Cansancio de palabras y silencios, dónde nuestra alma y nuestro cuerpo quedan heridos...
Volvemos del cansancio para encontrarnos con la rutina de la propia vida y la vemos bajo los colores de un nuevo prisma. Destellos de los últimos resplandores se asoman a la ventana y es ahí, dónde todos nuestros cansancios descansan...
Las horas ya no cuentan, son nubes evaporadas...