Un instante

En este instante, la palabra: "tiempo" no tiene sentido, nuestro instante es: un cuenco vacío...Las olas, acallan todos los sentidos y en el azul lejano se esconde entre la bruna; el amor humano...
Sentados en estática postura, mirando el horizonte sobre el mar, nos dejamos llevar por la locura de: soñar...Sentados en estática postura, la locura nos persigue sin cesar y la palabra; "tiempo", no tiene sentido, nuestro instante es: un cuenco vacío...

Horizontes

Horizontes de tu vida, te llevan a descubrir otros nuevos horizontes, en dónde todo puede ocurrir...
No te canses de buscar nuevos cielos en tu vida y que tu horizonte sea: solamente, la alegría...

Frío, calor

El frío inmoviliza y te deja; paralizado a pesar de tu atuendo sostificado, sigues sintiendo frío...
Esto es aplicable al comportamiento humano...
La verdadera personalidad humana, se camufla bajo, capas y capas de espesor y  de ahí, surge la frialdad y rigidez del hombre que, no quiere o no sabe reconocer el verdadero calor del corazón...
Demasiada sobriedad, nos llevará a convertirnos en: una obra de arte de: "mírame y no me toques"...
Con la llegada del calor, el ser humano se va quitando las múltiples capas de ropa y a veces se queda:"tal como vino al mundo" y aún así, sigue sintiendo calor...
Hay que, desembarazarse de los prejuicios, aumentar la sensibilidad, al calor de los sentimientos y dejar de lado lo que pretendemos ser y no somos...
Si hay que llorar, lloremos, si hay que reír, riamos...
Quitémonos las múltiples capas de convencionalismos inútiles, suprimamos prejuicios y usemos más; el corazón en nuestra vida...
Tras la mascara de la excesiva sobriedad, está nuestro verdadero rostro humano..
Todo es cuestión de poner, el calor o el frío en nuestra vida...

Desde la orilla

Que todos tenemos alas es, bien cierto...
Nuestros vuelos, los utilizamos en el trabajo, en la familia...
Lo nuestro es volar incansablemente...
La propia vida y sus circunstancias, nos quitan las alas o las hieren...
Desde la quietud de la orilla, nuestra vida cambia y sin poder alcanzar horizontes, la orilla se convierte en una prisión, un lugar carente de sentido...
Puede ser; una enfermedad, la apatía, la perdida de un ser querido...
Sea lo que sea, con las alas rotas o heridas, nuestro lugar es sin duda: la orilla...
Y desde esa orilla que, se nos antoja insulsa se pueden vislumbrar horizontes, sólo con el uso de la imaginación que, nace de nuestra mente...Se puede seguir amando porque: en nuestra orilla, el amor permanece...
Nuestros ojos, acostumbrados a visualizarlo todo, habrán de convertirse; en buscadores de todas las vivencias personales...
Cada uno en su propia existencia se crea su personal remanso, aunque no sea precisamente, el de la paz...
En nuestra personal orilla, confluyen las olas del mundo entero...

Una copia imperfecta

No era el fiel retrato de la perfección, ni un dechado de virtudes, pero todos coincidían en que: tenía algo especial...
En realidad era, tan especial porque; carecía de personalidad...
Vestía como el vecino, cocinaba como su madre y cuando hablaba, sus ademanes y su voz eran idénticos a un presentador de la televisión...
En realidad no tenía ni hacía nada que, le fuera propio...
A lo largo de su vida, recopilo tantas cosas ajenas que, ni él ni los demás supieron como era en realidad...
Tú, eres tú y no le des más vueltas. Aunque seas diferente al resto del mundo tu "yo" es real...
No admitas copias...

Tu pequeña locura

En la cambiante locura de la vida, siempre hay: un día claro y una noche oscura...
Tu locura habrá de ser; una pequeña locura, solo te falta querer entregarte a tu único quehacer: amar hasta la locura que, en la noche más oscura, hay siempre un amanecer...

Lo que no te hace falta...

No te hace falta soñar, ni siquiera imaginar nuevos retos en tu vida...
Lo tuyo solo es: andar y pararte a contemplar, las pequeñas maravillas...