El circo

De pueblo en pueblo, de ciudad en ciudad, el circo va dejando tras de si la sonrisa y la ilusión...
Los hombres somos, de alguna manera un circo ambulante..Nos movemos por impulsos, viajamos constantemente...Sabemos hacer malabarismos, payasadas, acrobacias...
Vamos siempre de camino con nuestro circo personal y no siempre dejamos tras nosotros la sonrisa y la ilusión...
Somos nómadas por naturaleza, actores consumados, más, no sabemos domar a las fieras que nos rodean...
El circo de la vida es tan variado  como los decorados por donde transcurre nuestra vida...
A nuestro alrededor se mueven seres humanos que lloran, mientras otros ríen...Se nos hace difícil encontrar alguien capaz de compartir nuestras ideas....Mientras unos ansían la paz, otros planean la guerra...
En el circo de la vida será difícil domar a los leones y demás animales salvajes...

Todo puede esperar

Toda su vida había sido una constante espera...
Siendo niño, esperó a la puerta del colegio a que lo vinieran a buscar...Fue como un aprendizaje para las esperas que le irían viniendo a lo largo de la vida...
Quería ser adulto, pero todo llegó a su tiempo, o sea poco a poco...
Ahora añoraba aquella infancia perdida, en la que aprendió que, en la vida todo es esperar..
Todas las circunstancias en nuestra vida están a la espera, del instante preciso.
No podemos adelantar ningún acontecimiento...
Sabemos que, todo puede esperar, lo importante es saber que aquello que se desea siempre nos hará esperar...

Sopa de letras

Su mundo era un mundo imaginario, donde las palabras formaban frases insólitas. Le seducían tanto las letras, que ya no sabía que hacer con ellas y por desgracia no tenia vocación de escritor...
Todas las palabras le sugerían  tal multitud de ideas que, su mente era un verdadero hervidero...
Su cena era, cómo no, sopa de letras y el diccionario, su lectura predilecta...
Cada ser humano tiene sus preferencias y gustos y de ahí, no sale...
Nos perdemos muchas cosas, tal vez demasiadas, nos estancamos...
Nos quedamos con el paisaje de siempre, los amigos de siempre, la música que todos escuchan...
Damos mil vueltas en este circulo vicioso de la monotonía...
Os sugiero que sepáis descubrir las estaciones del año, el esplendor que cada una de ellas es capaz de regalarnos...
Que os acerquéis a toda clase de humanos, porque cada uno tiene algo que decir...
Los ojos vigilantes, la mirada serena, para contemplar con otros ojos, el mundo que nos rodea...

Una palabra

Cada día cruzamos el umbral de una sociedad que habla con medias palabras y no somos capaces de comprender que; a veces solo es suficiente una palabra, para romper el hielo que nos separa de los demás...
La palabra es sagrada, puede hacer y deshacer, puede unir y desunir, puede edificar o destruir, puede dar calor de amor o frío de odio e indiferencia...
Una palabra tan solo, es capaz de un gran milagro...Cambiemos la guerra por la paz...
Más que buscar la palabra adecuada, más que hablar con frases hechas...es nuestro corazón el supremo buscador de la palabra.

Ideas cruzadas

La música nos seduce, nos calma, nos eleva...Tan pronto estamos cabalgando en la cresta de una ola, cómo sobre la placidez de un mar en calma...
La música es capaz de traer evocaciones e incluso hacernos olvidar el hoy...
Hay quien no desea ese cúmulo de sensaciones que cosquillean nuestro interior...
Es en esta circunstancia cuando surgen un montón de ideas que no son capaces de concondar entre si...
Sabemos que la idea es pasajera, que igual que viene se va, pero cómo no es una sino muchas, que se entrecruzan formando un verdadero caos en nuestro interior...
La música llega a nosotros distorsionada, mientras hacemos números mentalmente o la lista de la compra o pensamos en la posible visita de la suegra...
Después, en el silencio de la alcoba no podremos recordar esas ideas que, dicho sea de paso nos aguaron el mejor concierto del año...

Riesgo de congelación

Sus ojos habían oteado lejanías, sus pies habían andado y desandado caminos y senderos...

En todos los recodos de su largo viaje se detenía para escuchar el siseante sonido del viento o el rumor de pasos humanos...Pero, por aquellos lugares solo habitaba la soledad...
Se había hecho caminante con la ilusión de avanzar en compañía, la soledad no iba con él...
Muchos se cruzaron en su camino, silenciando palabras, todos iban a lo suyo...
Sin darse cuenta, el invierno llegó...La blanca nieve cubrió su sien...
Los ojos del caminante eran de un azul casi transparente y sus lágrimas se habían convertido en diminutos cristales de hielo...
La mano de un amigo se posó en su hombro cuando era ya quizás demasiado tarde.Pero fue el calor de esa mano la que hizo el milagro...
Nunca es demasiado tarde, pero a veces se tarda demasiado...
Os sugiero que hagáis uso de la intuición en los caminos de la vida y seáis capaces de ver las urgencias humanas, dando prioridad a la urgencia del amor.

La charca azul

Miró la charca azulada, donde el cielo se metía y en esa agua estancada las nubes blancas corrían...
Pasar de largo, fue su primer pensamiento, pero después decidió hundir la mano en ese cielo azul y rozar esas nubes de blancos destellos...
El agua se estremeció al roce de aquel contacto humano, pero guardó silencio, saboreando a su manera la caricia de aquel ejecutivo que, parecía ignorarlo todo de la vida...
Por un instante creyó haber tomado en sus manos un pedazo de cielo e incluso sintió el tacto algodonoso de una nube y sonrió feliz al pensar que podría llevarse el azul de la bóveda celeste...
La charca había adquirido el color de la tierra y la mano del ejecutivo por más que removió el fondo, no halló ni un pedazo de cielo ni tan siquiera una nube...
Mejor dejar las cosas como están, sin remover el fondo de los acontecimientos...
Los espejismos suelen dar desagradables sorpresas...
Muy en el fondo está el desencanto de lo que no esperamos...