La causa de aquella duda, era el fluir de las horas lo, que nos daba a cada instante una visión diferente y desconcertante...
Sin embargo; la duda cantaba, reía y huía en el inconsciente, dónde en cada momento todo era diferente...
El hombre sudaba y cuando pensaba en una certeza, la duda bailaba con gran sutileza...
Dónde no hay certezas las dudas se agrandan, se visten de seda y nos ciegan...
Sin embargo; la duda cantaba, reía y huía en el inconsciente, dónde en cada momento todo era diferente...
El hombre sudaba y cuando pensaba en una certeza, la duda bailaba con gran sutileza...
Dónde no hay certezas las dudas se agrandan, se visten de seda y nos ciegan...
No hay comentarios:
Publicar un comentario