Son las pequeñas cosas, los pequeños instantes, esos que nos llegan sin pensar, dónde podemos compartir sentimientos...
Absortos en el silencio, estamos ante las primeras luces de un amanecer. En silencio podemos iniciar una muda conversación desde nuestro interior, un intercambio de emociones...
Hay lenguajes silenciosos, tanto o más elocuentes, que las palabras: una mirada, una caricia, el roce de una mano...
Porque para sumergirnos en un instante mágico siempre se necesitan dos para poder compartirlo, unidos por un mismo sentimiento...
Absortos en el silencio, estamos ante las primeras luces de un amanecer. En silencio podemos iniciar una muda conversación desde nuestro interior, un intercambio de emociones...
Hay lenguajes silenciosos, tanto o más elocuentes, que las palabras: una mirada, una caricia, el roce de una mano...
Porque para sumergirnos en un instante mágico siempre se necesitan dos para poder compartirlo, unidos por un mismo sentimiento...
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