No podías pasar de largo ante aquella criatura, abandonada a suerte en medio de la llanura y su presencia era; como un canto a la vida...
Pertenecía a una gran familia de árboles corpulentos, luchadores incansables de los más fuertes vientos...
Esa pequeña criatura aun ignoraba, que había nacido de una semilla...
Árboles y humanos tenemos en común el haber nacido de una semilla y tanto ellos como nosotros, tenemos derecho a la vida...
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