Al llegar al hogar nos encontramos con un reino encantado, cuyo encantamiento es muy a menudo el caos...
Cuando la ternura nos abraza, ya no somos soberanos sino reyes destronados, a merced de esos niños, que nos cogen de la mano...
Cuando la ternura nos abraza, ya no somos soberanos sino reyes destronados, a merced de esos niños, que nos cogen de la mano...
No hay comentarios:
Publicar un comentario