Somos arboles plantados a lo largo del camino de la vida...
Nuestras raíces son llamas, que buscan ser hogueras y nuestro cielo siempre gira en torno de los deseos y aún siendo árboles de gran altura a nuestra mente le cuesta madurar...
A veces la sequía del desaliento hiere nuestras raíces, otras el viento de las circunstancias, retrasa nuestro crecimiento...
Las tormentas siempre llegan cuando menos lo esperamos y corremos el peligro de no sentirnos humanos...
Somos árboles anclados en la rutina. Nos plantaron en la vida para amar y ser amados...
A igual que los árboles, tenemos un alma y ellos y nosotros convivimos en silencio nuestro destino...
Nuestras raíces son llamas, que buscan ser hogueras y nuestro cielo siempre gira en torno de los deseos y aún siendo árboles de gran altura a nuestra mente le cuesta madurar...
A veces la sequía del desaliento hiere nuestras raíces, otras el viento de las circunstancias, retrasa nuestro crecimiento...
Las tormentas siempre llegan cuando menos lo esperamos y corremos el peligro de no sentirnos humanos...
Somos árboles anclados en la rutina. Nos plantaron en la vida para amar y ser amados...
A igual que los árboles, tenemos un alma y ellos y nosotros convivimos en silencio nuestro destino...
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