No somos nosotros los buscadores de la felicidad, es la felicidad la que nos busca y muchas veces no la vemos ni la entendemos...
La felicidad va dejando un rastro de su luz en muchas circunstancias de la vida. De hecho, cuánto nos rodea lleva el sello de la dicha...
La felicidad es risueña y a veces le gusta jugar a esconderse en algún lugar de nuestra vida...
Ese instante, que podría ser una delicia, no lo vemos porque lo nuestro es la codicia de una felicidad demasiado grande...
Ella insiste en darnos otra visión de la vida: la emoción...
La felicidad está en explorarnos y encontrar los personales recursos humanos y de tener, tenemos demasiados...
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