Hay que dejarse envolver por las luces del ocaso para poder contemplar el paseo de las nubes por el cielo...
Hay que hacerse muy pequeño para poder entender muchos miedos...
Entre el cielo y la tierra, el silencio se eleva con toda su majestad, para poco después volver a descender cargado de resplandores de estrellas...
El silencio camina de puntillas por las calles de los pueblos y las grandes avenidas de las ciudades...
El silencio va dejando una estrella en cada hogar...
Duermen los hombres, duermen los niños; mecidos por la tenue claridad de la estrella personal...
Conservemos durante toda nuestra vida el resplandor de nuestra estrella...
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