La palabra, debería ser sagrada porque con ella se crean lazos de amistad y amor...
No somos de regalar palabras y al no regalarlas, no somos correspondidos...
Ir con el silencio a cuestas tiene sus inconvenientes...
Si estamos con un niño, comprobaremos la gran riqueza de su expresividad, sus grandes dotes de comunicador...
A través de los niños, que son un libro abierto podemos aprender lecciones, que hemos olvidado u otras que ni sabemos...
La palabra nos enlaza a otras palabras a otros idiomas, a otras formas de pensar. La palabra es la que hace el gran milagro de poder decir: te quiero...
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