Nada mejor que preparar una fiesta en plena naturaleza para, que todos se lleven de recuerdo el verdor de la pradera...
No pensemos en la comida porque: nuestros invitados vienen para compartir emociones y alegría...
Más de uno dirá que sin nada para comer una fiesta ya no es una fiesta...
La protagonista de esta fiesta es; la luz del atardecer, llenando de calidez la pradera...
La verdadera sorpresa, corre a cuenta nuestra... Haremos un juego de manos, sacaremos la chistera (es un decir) y por arte de magia, iremos sacando lo que en secreto hemos cocinado...
Y todo porque: ya sabemos que la gente no se conforma solo con el verde de la pradera, ni la luz del atardecer...
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