La conversación es muy a menudo un juego, donde en vez de tirar dados, se dejan caer palabras...
Por puro aburrimiento se conversa, o al menos se intenta matar el tiempo y de ahí las palabras están carentes de contenido...
No hay manera de conservar el ánimo sereno, cuando el parloteo ajeno nos invade...
Hay quien está al cien por cien para exprimir todo lo que lleva dentro y el interior ajeno no nos seduce, más bien nos lleva a un extraño juego, donde nosotros no entramos...
La temperatura y la nubes del cielo son generalmente el preámbulo para, que alguien nos cuente el guión de su vida. Y ahí estamos escuchando los pormenores de otras vidas, mientras la nuestra es un insulso juego, donde siempre perdemos la partida...
Cada uno define y defiende su opinión, sin dar opción a un punto de conexión...
La temperatura o las nubes apenas nos importan. Importa más; estar en donde estamos y lo que más deseamos es: encontrar a esa persona capaz de conectar con lo que pensamos...
Por puro aburrimiento se conversa, o al menos se intenta matar el tiempo y de ahí las palabras están carentes de contenido...
No hay manera de conservar el ánimo sereno, cuando el parloteo ajeno nos invade...
Hay quien está al cien por cien para exprimir todo lo que lleva dentro y el interior ajeno no nos seduce, más bien nos lleva a un extraño juego, donde nosotros no entramos...
La temperatura y la nubes del cielo son generalmente el preámbulo para, que alguien nos cuente el guión de su vida. Y ahí estamos escuchando los pormenores de otras vidas, mientras la nuestra es un insulso juego, donde siempre perdemos la partida...
Cada uno define y defiende su opinión, sin dar opción a un punto de conexión...
La temperatura o las nubes apenas nos importan. Importa más; estar en donde estamos y lo que más deseamos es: encontrar a esa persona capaz de conectar con lo que pensamos...
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