Sus lágrimas se habían vuelto transparentes y en la negrura y frialdad de la noche se fueron transformando en gotas de rocío...
Las flores dormidas, despertaron de su letargo y toda la pradera se lleno de fluorescencias de colores...
Sólo él, ese ser humano con su desamparo sentía sobre si el nulo valor de la vida...
Ningún horizonte le ofrecía una luz, ningún camino le esperaba...
No se dio cuenta, del milagro de sus lágrimas...
Todos lloramos alguna vez en la vida, porque llorar es humano y sin que lo sepamos, las lágrimas suelen hacer milagros...
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