Saliste al exterior llevando en tu interior el bagaje de todos tus sentimientos y de cara al viento te diste cuenta de, que no llevabas ningún documento de identidad...
Ese pequeño detalle no importaba demasiado, porque sabías lo que querías y quien eras...
En esos momentos eras; la libertad en movimiento, dispuesto a llenar muchos puntos suspensivos de tu propia vida...
En esa soledad, que es siempre el silencio y sin identidad, llegaste a sentirte como un niño perdido en la gran ciudad...
Tampoco llevabas dinero, solo eras portador de infinitos anhelos...
Para soñar, no hace falta tener identidad y ni siquiera el dinero sirve para poder soñar...
Ese pequeño detalle no importaba demasiado, porque sabías lo que querías y quien eras...
En esos momentos eras; la libertad en movimiento, dispuesto a llenar muchos puntos suspensivos de tu propia vida...
En esa soledad, que es siempre el silencio y sin identidad, llegaste a sentirte como un niño perdido en la gran ciudad...
Tampoco llevabas dinero, solo eras portador de infinitos anhelos...
Para soñar, no hace falta tener identidad y ni siquiera el dinero sirve para poder soñar...
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