Somos inquietos de nacimiento y a pesar de todas nuestras inquietudes, solo vemos la superficie de la vida, que es lo único que nos deslumbra...
Lo incomprensible lo hacemos inadmisible...
Habríamos de usar una mirada tranquila y reposada, en perfecta armonía con el sentido de la vida...
Y ahí, en nuestro interior intentar ver el verdadero sentido de otras vidas, las inquietudes fallidas de muchos humanos y vislumbrar esas manos con deseos de enlazarse a otras manos...
Lo incomprensible lo hacemos inadmisible...
Habríamos de usar una mirada tranquila y reposada, en perfecta armonía con el sentido de la vida...
Y ahí, en nuestro interior intentar ver el verdadero sentido de otras vidas, las inquietudes fallidas de muchos humanos y vislumbrar esas manos con deseos de enlazarse a otras manos...
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