En la ternura inmensa de la madre abrazada a su hijo, hallamos la respuesta a los interrogantes humanos...
Solo la ternura puede llevarnos a la locura de amarnos...
Ese niño que, nos mira sin temor es porque; confía plenamente en nuestro amor. Es incapaz de entender la mirada del hombre...
Ese niño, sin tener nada, nos ofrece lo que tiene, esa ternura infinita, no le hacen falta palabras, su silencio le permite contemplar desde otra dimensión (la dimensión de la inocencia) el mundo adulto, donde la palabra "ternura" es casi un insulto...
Solo la ternura puede llevarnos a la locura de amarnos...
Ese niño que, nos mira sin temor es porque; confía plenamente en nuestro amor. Es incapaz de entender la mirada del hombre...
Ese niño, sin tener nada, nos ofrece lo que tiene, esa ternura infinita, no le hacen falta palabras, su silencio le permite contemplar desde otra dimensión (la dimensión de la inocencia) el mundo adulto, donde la palabra "ternura" es casi un insulto...
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