Durante el sueño, edificamos castillos en el aire, sin llegar a sentir el vértigo de las alturas, ni temor a las profundidades...
El despertar es, el instante de las incertidumbres, donde el ser humano debe dejar todas las planificaciones de los sueños. Es el momento en que todos nuestros castillos soñados se desmoronan y a partir de ahí, el hombre asume el dominio absoluto de su vida...
En la vida real, nada puede quedar en el aire, todo ha de ser concreto y exacto y los castillos se edifican sobre terrenos sólidos...
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