En el último instante, en cualquier decisión, se saborea la indecisión...
En esa caída libre hacia la duda más que, decidirnos es, volver hacia atrás, volver acomodarnos en la comodidad...
Ese último momento, de tomar decisiones se convierte en algo así como "un viaje al centro de la tierra"...
Uno se vuelve atrás en no pocas decisiones o se queda columpiando en el hilo de la duda...
Como eso de columpiarse proporciona un placer inmenso; la duda o las dudas, aniquilan cualquier idea que se pueda tener...
En ese último instante, cuando el papel está a la espera y el bolígrafo, tiembla en la mano, cuando el ordenador se ha quedado negro como la noche, cuando hay cola de humanos esperando, en ese último instante: las dudas crecen y crecen como la espuma y como no sabemos de dónde nos vienen, decidimos: cerrar los ojos y dejar a nuestro cuerpo flotar en, ese columpio de: la indecisión...
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