Ser testigo de la indolencia de los hombres, nos tendría que hacer: gritar, porque podríamos:
Hacer el trabajo que, otros dejaron por hacer...
Acoger a esos niños que, nadie quiere tener...
Que nuestro dialogo fuera: fluido y florido...
Saber comprender a ese ser que, nunca será lo que quiso ser...
Amar en profundidad, dando el corazón...
Regalar lo que somos, no lo que tenemos...
La indolencia es: cosa de todos y sólo el que tiene fuego en el corazón es capaz de gritar e intentar llegar, ahí donde nadie quiere llegar...
Dar es: una bellísima expresión de amor...
Hacer el trabajo que, otros dejaron por hacer...
Acoger a esos niños que, nadie quiere tener...
Que nuestro dialogo fuera: fluido y florido...
Saber comprender a ese ser que, nunca será lo que quiso ser...
Amar en profundidad, dando el corazón...
Regalar lo que somos, no lo que tenemos...
La indolencia es: cosa de todos y sólo el que tiene fuego en el corazón es capaz de gritar e intentar llegar, ahí donde nadie quiere llegar...
Dar es: una bellísima expresión de amor...
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