Desde la orilla

Que todos tenemos alas es, bien cierto...
Nuestros vuelos, los utilizamos en el trabajo, en la familia...
Lo nuestro es volar incansablemente...
La propia vida y sus circunstancias, nos quitan las alas o las hieren...
Desde la quietud de la orilla, nuestra vida cambia y sin poder alcanzar horizontes, la orilla se convierte en una prisión, un lugar carente de sentido...
Puede ser; una enfermedad, la apatía, la perdida de un ser querido...
Sea lo que sea, con las alas rotas o heridas, nuestro lugar es sin duda: la orilla...
Y desde esa orilla que, se nos antoja insulsa se pueden vislumbrar horizontes, sólo con el uso de la imaginación que, nace de nuestra mente...Se puede seguir amando porque: en nuestra orilla, el amor permanece...
Nuestros ojos, acostumbrados a visualizarlo todo, habrán de convertirse; en buscadores de todas las vivencias personales...
Cada uno en su propia existencia se crea su personal remanso, aunque no sea precisamente, el de la paz...
En nuestra personal orilla, confluyen las olas del mundo entero...