El nacimiento de un ser humano es: el mayor espectáculo del Universo...
En la vida del hombre hay: vivencias-espectáculo donde los decorados movibles hacen cambiar la trayectoria de los sentimientos humanos: amor-odio...
Un castillo de fuegos artificiales nos puede llevar al paroxismo de flotar en los colores y el estruendo de los cohetes, puede convertirse en música celestial...
Todo depende de: nuestro estado de ánimo...
Después de haber flotado en los colores y el estallido de los cohetes es cuando debería empezar nuestra vivencia. Cuando el silencio, hace acto de presencia es: el instante exacto para volver a nosotros mismos y sincerarnos con el ruido de nuestra vida interior...
Vale la pena, vivir expectante a cada instante; saboreando, paladeando, leer, releer, escuchar la voz del bosque, escuchar el silencio, el aletear de un ave, el rumor del agua, la risa de un niño...
A cada sonido, darle una conexión con nuestra vida, porque no hay espectáculo mayor que: la vida misma...
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