Mi isla personal

Al abrir los ojos, nada me contiene, abro la puerta y salgo al exterior; medio dormida o medio despierta...
Me urge sentir el frío o el calor, según venga y contemplar las últimas estrellas...
Me gusta caminar sin rumbo fijo y ahora con el frío del invierno, hay que aligerar el paso...
A lo mejor es que: no me va el reposo...
Regresar al hogar es, como llegar a una isla desierta, con la gran diferencia del teléfono que suena y el ordenador, que no se quien lo ha encendido...
Mi hogar es: una isla caótica pero acogedora...
Poco después de llegar al hogar e instaurar el orden, hay que pensar en que pensar, aparte, claro está, en la organización del día y cada día es tan variable como inestable es el tiempo y los planes, o me llueven a mares o no hay planes...
En medio del torbellino, nunca soy capaz de adivinar lo que me pueda venir...Un cumpleaños, un santo, una cena, una comida y a todo eso hay que meterse sin remedio en la cocina...
De todo cuanto me llega, no sabría que elegir, pues todo me da la ocasión para sentirme feliz...
Y la felicidad, os la deseo de corazón...