Me he adentrado en la espesura del bosque y en el solemne silencio de la densa penumbra, mis ojos han buscado; al más frondoso árbol, cuyas ramas, cuajadas de gotas de rocío, se levantan hacia el cielo, formando un simbólico abrazo entre la tierra y el firmamento...
Este árbol, tiene un profundo sentido a la hora de pensar en vosotros, porque junto a él, voy a dejar vuestros silenciados nombres y en este amanecer, pediré por todas vuestras necesidades e ilusiones...
Nada más hermoso que, conectar mis palabras con todos los silencios...
Tengo la seguridad de; la presencia real de cada uno...
Este árbol corpulento y solitario, en medio de la niebla, se halla ahora rodeado de: nuestro gran amor...
Como podéis ver, ya tenemos nuestro personal árbol de Navidad...
No tiene luces brillantes, ni adornos, pero tiene una guirnalda invisible que, nos une a todos a través del ordenador...
¡Feliz Navidad!
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