En cualquier terreno podemos echar raíces y crecer...
Lo que pasa es que, nuestra pequeña parcela la hemos hecho tan nuestra que, nuestras raíces ya no están para cambios...
Personalmente, he cambiado las raíces un montón de veces y siempre las he asentado allá en dónde he ido ...
Allí en dónde he llegado siempre he plantado el árbol de la paz, con sonrisas incluidas...
Lo primero que he sacado del equipaje, siempre ha sido; un mantel...Pero no os riáis, por favor...
Un mantel, la cosa más tonta, os diréis ¿no?
Un mantel ayuda a echar raíces, invita a compartir, une a la familia, hace hogar...
Y para que veáis, que todo cambia en la vida: ahora comemos en individuales...
Cada uno en su parcela (el individual) y no cambies a nadie de sitio...
Lo que os decía: nuestras raíces requieren su parcela...
No hay comentarios:
Publicar un comentario