En la mirada de los hombres se refleja el brillo de los oros inalcanzables...
La rutina nos lleva al encuentro de tesoros ocultos: una amistad mantenida en el tiempo y la distancia, una vocación escondida o adormecida en lo profundo de nuestro ser, que podemos sacar a la luz, el reencuentro con un amor perdido...
Nuestros tesoros no serán de oro o brillantes, pero brillan con luz propia...
Todo es cuestión de saber dar el justo valor a: las cosas, las circunstancias y seres humanos...
Casi todo lo que nos viene en la vida, puede convertise en oro, todo se puede convertir en un tesoro.
Sólo hace falta mirar con los ojos del corazón y de hecho, cada corazón es ya el verdadero oro de nuestras vidas...
La rutina nos lleva al encuentro de tesoros ocultos: una amistad mantenida en el tiempo y la distancia, una vocación escondida o adormecida en lo profundo de nuestro ser, que podemos sacar a la luz, el reencuentro con un amor perdido...
Nuestros tesoros no serán de oro o brillantes, pero brillan con luz propia...
Todo es cuestión de saber dar el justo valor a: las cosas, las circunstancias y seres humanos...
Casi todo lo que nos viene en la vida, puede convertise en oro, todo se puede convertir en un tesoro.
Sólo hace falta mirar con los ojos del corazón y de hecho, cada corazón es ya el verdadero oro de nuestras vidas...
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