Mi día a día

No hay nada mejor que, sincerarse con uno mismo y con los demás, así que decido sincerarme una vez más con vosotros y contaros la rutina de mi día a día...
Me gusta madrugar y estrenar el día saliendo al exterior, para poder contemplar las últimas estrellas que, se van diluyendo en los colores del amanecer...Esos instantes son para mi casi sagrados pues me resulta fácil planificar; lo que está por llegar (aunque lo mío es no hacer planes)...
A mi regreso, el hogar me recibe cálido y en profundo silencio...
La primera parte del día, lo asumo y comienzo por donde siempre; recoger, recoger, guardar, doblar, estirarme para llegar dónde no llego y cantar, lo de cantar me sale fatal, pero igualmente canto...
Clasifico, miro, me leo dos líneas de un libro (pues no hay tiempo para más)...
La segunda parte del día, consiste en: lavar, planchar, limpiar, cocinar, bueno,lo que se llama; la prosa de la vida, aunque yo la ponga en poesía...
La mañana tiene alas y pasa volando...
Ideo menús, pierdo unos minutos con cuatro sorbos de café y si está ardiendo, aún alargo más el tiempo...
A la hora de comer, o se come en casa o se va a comer fuera, o vienen los niños o las niñas, o vienen todos...
A eso de las tres de la tarde, respiro hondo, e intento imaginar como será la tercera parte del día...
Siempre hay el riesgo de que: suene el móvil, o el timbre de la puerta, que es muchísimo peor...
Cuando escribo en el blog es que todo se ha sosegado y aquí estoy, maravillada de todos vosotros y no me importa ser lo que soy: una minúscula gota de agua en el inmenso mar de la existencia humana.