Las cosas, siempre serán cosas; sean con destellos de plata o resplandores de oro...
Nos apoyamos en demasiadas cosas y las convertimos en el eje de nuestras vidas...
Vivimos dependiendo continuamente de cosas no imprescindibles, anulamos lo esencial...
Al hombre en si, lo usamos para conseguir intereses personales...
A la luz de la verdad, llegamos a la conclusión de que: no es lo mismo tener un buen libro, que tener un buen amigo...
Nos dejamos seducir de todo cuanto brilla...
Descansamos en las cosas, porque, ellas se acoplan a nuestros gustos sin una queja...
Como el ser humano es más complejo, decidimos no incluirlo en la lista de nuestras necesidades...
Prescindimos del amor, porque el amor (el verdadero) nos crea una dependencia total...
En cambio, las cosas, aún siendo cosas, nos dan una cierta satisfación personal y una absoluta libertad...
Con el tiempo, perdemos la libertad y nos convertimos en los fieles guardianes de las rarezas, bueno perdón, tesoros, acumulados...
Las cosas, mejor dejarlas un poco de lado, porque el corazón humano, necesita del calor de otro corazón, la frialdad de las cosas, jamás podrán darnos la calidez humana...
Nos apoyamos en demasiadas cosas y las convertimos en el eje de nuestras vidas...
Vivimos dependiendo continuamente de cosas no imprescindibles, anulamos lo esencial...
Al hombre en si, lo usamos para conseguir intereses personales...
A la luz de la verdad, llegamos a la conclusión de que: no es lo mismo tener un buen libro, que tener un buen amigo...
Nos dejamos seducir de todo cuanto brilla...
Descansamos en las cosas, porque, ellas se acoplan a nuestros gustos sin una queja...
Como el ser humano es más complejo, decidimos no incluirlo en la lista de nuestras necesidades...
Prescindimos del amor, porque el amor (el verdadero) nos crea una dependencia total...
En cambio, las cosas, aún siendo cosas, nos dan una cierta satisfación personal y una absoluta libertad...
Con el tiempo, perdemos la libertad y nos convertimos en los fieles guardianes de las rarezas, bueno perdón, tesoros, acumulados...
Las cosas, mejor dejarlas un poco de lado, porque el corazón humano, necesita del calor de otro corazón, la frialdad de las cosas, jamás podrán darnos la calidez humana...
No hay comentarios:
Publicar un comentario