De fiesta

Son las once de la noche y el silencio se ha roto...
El murmullo de la muchedumbre (entre ellos,yo) avanzamos por las calles, bailando a ritmo de música salsa...
De la oscuridad y como por arte de magia, surge un sonido espectacular compuesto por el tam-tam de los tambores...El ambiente queda rasgado...
Es estremecedor el siseante sonido acompasado que, va abriéndose paso por las callejuelas...
Es el quince de agosto, una barrera que ya nos separa de alguna manera del largo verano...Muchos ya evocan al invierno que está por llegar...
A lo que iba: estamos de fiesta y hay que bailar, para dar paso al agotamiento total...
Yo me siento como pez en el agua, me va la marcha y la alegría y mientras el confeti cae por todas partes, la mente va a cien por hora, mi idea es vivirlo todo apasionadamente...
A partir de ahora todo será calma y sosiego, aunque me queda pendiente una excursión...Ir a un río de montaña, donde los árboles forman  una cúpula de verdes contrastes...
Ese río me sugiere, sobre todo en esta época; que la vida sigue su curso, como las mansas aguas que se deslizan entre el follaje...