¿Somos un río?

La transparencia es lo más difícil de conseguir pero es lo que más puede tranquilizarnos...
No hay caminos ni senderos y el avanzar inseguro puede engañarnos...
A nuestro paso, nos cruzamos con seres opacos, con circunstancias adversas y nuestra frágil transparencia va rompiéndose en mil pedazos...
La vida nos enseña que, no podemos llegar donde queremos, lo nuestro es sin duda, ir paso a paso...
Quiero alabar la infinita paciencia de los que, de una manera u otra, sufren, sobre todo a los que sufren en su interior, librando grandes batallas consigo mismos en la incomprensión y el desamor, los que, siendo transparentes reciben el menosprecio de los seres opacos...
Para avanzar, es necesario conservar la transparencia inicial, caminar a paso lento, sin la prisa de llegar y mirar ese cristal de los años y del tiempo...
Aún nos queda por andar, incógnitas en suspenso. Nos hemos de transformar en ese río que avanza hacia el mar para que el mundo se pueda mirar en nosotros...