La gran biblioteca estaba desierta y sus largos pasillos parecían las calles de un pueblo deshabitado...Contemplando la gran cantidad de libros que me rodeaban, presentí que todo ya estaba escrito, que cada palabra mía estaba dentro de cada libro, cada pensamiento y cada argumento seguramente ya estaba plasmado, por alguien que se me había adelantado...
El desaliento, atravesó con arrogancia uno de aquellos largos pasillos y se acomodó a mi lado...
Dejarse caer en los brazos del desaliento es fácil muy fácil...
Por suerte, hallé una silla donde sentarme y sin pensarlo saqué mi pequeña libreta y comencé a escribir...
Las risas y risitas de los grandes escritores comenzaron a salir de las páginas de los libros, mientras el desaliento se reía a carcajadas...
Y como podéis ver, aquí estoy, desafiando a toda una biblioteca y todo para estar con vosotros...
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