Es difícil muy difícil decir lo que de verdad se quiere decir...
Hay que dar mil vueltas a la idea, invertir palabras, añadir frases, suprimir comas...
En fin, tenemos el argumento pero nos falta el golpe de gracia, el aliento, capaz de que lo que imaginamos cobre vida...
La determinada palabra que buscamos suele aparecer casi siempre a deshoras y esa palabra que, nos ha llevado horas o días buscándola es capaz de convertirse en la heroína de la frase...
Plasmar una idea supone esfuerzo ya de por si, pues en el intrincado mundo de la mente es fácil sucumbir a la tentación de otras múltiples ideas o sentimientos...
Lo que queremos decir busca a veces florituras innecesarias, cuando en realidad, todo es más fácil de lo que parece...
Hemos de ser la flecha que acierte en la diana y es importante dar en el blanco, para tener la seguridad de que nuestra idea es comprensible...
Hay que dar mil vueltas a la idea, invertir palabras, añadir frases, suprimir comas...
En fin, tenemos el argumento pero nos falta el golpe de gracia, el aliento, capaz de que lo que imaginamos cobre vida...
La determinada palabra que buscamos suele aparecer casi siempre a deshoras y esa palabra que, nos ha llevado horas o días buscándola es capaz de convertirse en la heroína de la frase...
Plasmar una idea supone esfuerzo ya de por si, pues en el intrincado mundo de la mente es fácil sucumbir a la tentación de otras múltiples ideas o sentimientos...
Lo que queremos decir busca a veces florituras innecesarias, cuando en realidad, todo es más fácil de lo que parece...
Hemos de ser la flecha que acierte en la diana y es importante dar en el blanco, para tener la seguridad de que nuestra idea es comprensible...
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