Por fin se habia cumplido el sueño de toda su vida; tener una piscina en el jardín de su casa, no para bañarse (porque no sabia nadar) sino para, ver el cielo reflejado en ella, sin necesidad de levantar la cabeza.
Nosotros miramos los cielos que salen por la televisión, los cielos de los libros o los paisajes del ordenador...
¿No nos complicamos demasiado la vida?
Nos sería más fácil abrir la ventana o salir por la puerta...
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