Uno mismo a menudo no es nada, pero, por lo general uno mismo lo hace todo o casi todo, lo que a pesar de todas las seguridades que nos vienen del exterior somos vulmerables a las caidas, quemaduras, cortes y demás...
Ahí tenemos al cinturón de seguridad del coche, que es solo un ejemplo de las muchas seguridades que rodean nuestra existencia...
A pesar de todos los inventos creados para darnos el placer de sentirnos protegidos, la verdadera seguridad no existe, somos solo nosotros los que podemos guiar nuestros pasos...
Vivimos pendientes de un hilo, las tormentas nos llevan y nos traen...
Aunque se acabará el mundo, aún podemos asirnos a una estrella y allí sentirnos en paz con nosotros mismos...Esta es, amigos, la mayor y más grande seguridad.
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