Estamos en un desierto, donde la arena y el viento conviven en perfecta armonía...El gran mar de arena es interminable y los horizontes imposibles de alcanzar...
Dejarnos morir parece lo más razonable, pero luchar por sobrevivir es sin duda heroico...
Buscar una sombra en medio de ese mar de arena es sólo un espejismo...
Sin embargo, el desierto es un lugar necesario al hombre...
La mente vacía es una experiencia única, semejante al desierto, donde sólo el horizonte es un mudo testigo en nuestra busqueda de hallar una sombra capaz de darnos cobijo...
La buena sombra espera en los caminos, en las calles de la ciudad...
Nuestro desierto particular está hecho de largos tramos de soledad y silencio...
La buena sombra es aquella que nos hace sensibles, que nos regenera y fortalece, para que sigamos avanzando...
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