La música repetía siempre el mismo estribillo y los auriculares se estremecían ante el estridente volumen que metía en el casi dolorido oido del hombre, que parecía no cansarse de aquella melodía que estaba de moda... Es una forma de llenar el silencio...o el aburrimiento...Algo así como huir de uno mismo..Y hay que llenar el vacio del ser sea como sea, poque el silencio siempre nos acusa, el silencio, habla de aquello que no queremos oir...Pero el silencio dice a veces la verdad y la verdad nadie la quiere...Somos esclavos del ruido y el ruido nos esclaviza hasta dejarnos sordos del sonido que esconde nuestro ser...
Estaba amaneciendo y la lluvía cantaba, pero el aún estaba con su oido enganchado a esa extraña música, que tal vez mañana ya no estará de moda...
Y es que: el silencio habla...
Sera cierto...los hombres vivimos rodeados de ruido y es dificil encontrar un poco de silencio y paz.
ResponderEliminarUn millón de besos.
Yolanda.